Cuando se cumple un mes de los atentados de Algeciras que costaron la vida a un sacristán, además de dejar varios heridos, hemos escrito al ministro del Interior Grande-Marlaska para decirle que las víctimas de atentados cometidos por odio a las creencias religiosas importan.
También le hemos pedido que reúna a la Comisión de Seguimiento del Plan de Acción contra los Delitos de Odio para abordar los atentados de Algeciras y los delitos de odio cometidos contra personas que profesan una determinada fe (Somos entidad asesora de esa Comisión).
Es evidente que los atentados de Algeciras son constitutivos de un delito de odio, tal como lo define la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Pero los gravísimos hechos producidos en Algeciras apenas han merecido una rápida visita del ministro Marlaska a Algeciras y un mensaje en Twitter del presidente del Gobierno.