Esta semana recomendamos y analizamos un artículo del Profesor de la Universidad de Zaragoza Javier Ferrer sobre “Los derechos educativos de los padres”, publicado en la Revista General de Derecho Canónico y Derecho Eclesiástico del Estado en 2006, que en sus líneas de fuerza sigue siendo actual debido a la proximidad de las elecciones y el debate, una vez más, sobre el modelo educativo en nuestro país.
Aquí podéis leer los párrafos que nos han parecido más interesantes con una breve reflexión en cada uno de ellos. Al final, encontraréis el enlace al artículo completo:
“Sometido a los vaivenes del partido en el poder, la educación se ha convertido en una de las cuestiones más politizadas del país, como lo demuestra la sucesión de normas -reformas de las reformas- y los pronunciamientos del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo corrigiendo los excesos del Legislativo y del Ejecutivo. Y parece que éste será el camino a seguir en los próximos años”.
Así se ha podido ver en los últimos años, en los que la religión ha servido de arma política para la mayoría de los partidos y donde lo que menos ha interesado es cumplir la Constitución y garantizar el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones.
“Me atrevo a afirmar que la neutralidad de la escuela estatal, tal y como viene entendiéndose, se ha convertido en el principal obstáculo para lograr que el derecho de los padres a elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos sea efectivo para todos, sin limitaciones de ningún tipo, incluidas las de carácter económico. Igualmente, en la medida que la neutralidad ideológica no existe en educación, ese modelo escolar también impone un mínimo reconocimiento del derecho de los padres a elegir la formación religiosa y moral de sus hijos, porque no se recibe sólo a través del área de Cultura, Sociedad y Religión, sino a través de todas las materias comunes del currículo. Así pues, se hace necesario examinar qué se entiende por neutralidad en educación y hasta qué punto debe configurar la escuela pública estatal”.
Desde la escuela pública se debe reconocer el derecho de los padres a educar a los hijos según sus convicciones. Basándose en una pretendida “neutralidad” o en el argumento de que no hay suficientes padres que quieren la asignatura de Religión, existen colegios públicos que no ofrecen esta asignatura (a pesar de que es obligatorio ofertarla). Con esta forma de actuar, incumplen la Constitución y entienden de forma tergiversada el estado aconfesional.
“Y es que la educación en sí misma considerada no es neutra. Y todavía menos puede serlo en la escuela, donde transcurre un período decisivo de la formación y desarrollo físico, intelectual, afectivo, social y moral de los niños. Aquí cualquier intento de neutralidad significa optar por el relativismo, que produce mentalidades vacías de sentido, vacías de finalidad. Y el relativismo, no lo olvidemos, es una postura ideológica más, con unos contenidos y unas actitudes concretas ante el hombre, el mundo y la vida”.
Estamos de acuerdo con el profesor Ferrer que esta pretendida neutralidad es una opción ideológica más, una opción ideológica por el relativismo que pretende obviar la religión de la esfera pública.
“El que la escuela sea -junto con la familia- el lugar más adecuado para formar a las nuevas generaciones y transmitirles una serie de valores, puede explicar el empeño de algunos en controlarla para así controlar la sociedad. Pero es inadmisible, contrario a la libertad y a la igualdad. Nadie tiene derecho a imponer de una forma más o menos solapada un determinado modelo educativo entre los muchos posibles, u otorgar arbitrariamente a uno de ellos un trato preferente respecto a los demás. Y aún resulta más reprobable hacerlo utilizando el aparato del Estado y los fondos públicos”
Algunas Administraciones han pretendido ahogar económicamente a algunos centros concertados, o quitarles el concierto, debido a su ideario católico. Además, desde algunos partidos políticos se impone la escuela pública como la única posible. Esta actitud tanto de Administraciones como de políticos ha calado en la sociedad de a pie, y algunos centros católicos han sido atacados con pintadas e insultos simplemente por este hecho, como puede ser el Colegio Santa Mónica de Rivas.
“Los padres son los primeros educadores y los primeros responsables de sus hijos y a ellos corresponde el derecho a elegir libremente, sin cortapisas, la educación que quieren para ellos. Pienso que la sociedad española cada vez siente una mayor necesidad de alcanzar un gran pacto escolar que sustraiga a la escuela al vaivén de los cambios políticos y dote de estabilidad y calidad al sistema educativo, que es lo que verdaderamente preocupa a las familias. La calidad de la enseñanza de sus hijos es una consecuencia inmediata de la calidad de los centros educativos”.
Este pacto educativo no se podrá lograr si, cada vez que gobierna un partido, intenta controlar la educación con una ley educativa que, de esta forma, cambia cada 4 u 8 años.
Artículo completo: Ferrer Derechos educativos padres