El diálogo como método de supervivencia frente a un enemigo común

escrito por Administrador
Comparte la noticia

Benedicto XVI hace un llamamiento al diálogo con los musulmanes, a los que llama “hermanos”. No debería sorprenderle a nadie que llame al diálogo con ellos ni tampoco que les llame hermanos. Son hermanos como somos todos los hombres y, además, ellos creen en el mismo Dios que los cristianos y judíos -Dios es el mismo, la óptica desde la que se Le aprehende es lo que cambia-. Llama al diálogo porque es la única manera de que vivamos de una vez en paz y unamos fuerzas por el Bien. El ojo por ojo se ha demostrado ineficaz a lo largo de la historia. Sólo provoca frustración, odio y violencia.

Esta exhortación del Papa, como todas las que no hablan sobre asuntos de fe, no va dirigida únicamente a los católicos sino a toda persona de bien que quiera escucharle. Creo firmemente que este Papa se ha ganado que todos le prestemos atención sea cual sea nuestro credo. En el poco tiempo que lleva como Papa ha demostrado sobradamente que su mayor preocupación es la paz y la felicidad de todos los hombres, independientemente de su credo o su falta de él.

El Papa tiene muy claro cuál es el enemigo de los creyentes hoy: el laicismo radical que pretende que los creyentes volvamos a recluirnos en nuestras casas si queremos vivir nuestra fe. El laicismo que induce el odio a la religión con nocturnidad y alevosía. El laicismo que perversamente define el hecho religioso como “privado” en lugar de “personal”. Ése es el enemigo común de los creyentes. La unión hace la fuerza pero sin humildad y magnanimidad -como las del Papa- es imposible la unión.


Comparte la noticia

Relacionados

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.