En el Corán existe un versículo que afirma lo siguiente:
La recompensa de quienes combaten a Al-láh y a Su Enviado y se esfuerzan en difundir por la tierra la corrupción consistirá en ser matados o crucificados, o en la mutilación de las manos y pies, o en el destierro. Esta será su recompensa en esta vida y en la otra tendrán un tormento eterno.
La interpretación de este versículo ha llevado a algunos sectores del Islám a considerar como blasfemia cualquier manifestación contra el Corán, la familia de Mahoma, sus compañeros y los objetos, costumbres o creencias veneradas por el Islam; incluyen como delito el de blasfemia, que se comete tanto si se es musulmán o no. Según el país se castiga con penas de multa, cárcel, azotes, amputación, crucifixión, ahorcamiento, o decapitación.
Así los clérigos musulmanes pueden emitir una Fatwa o Decreto Religioso, mediante la cual pueden condenar a muerte al presunto blasfemo. Este fue el caso de Salman Rushdie, por sus Versos Satánicos o de Kurt Westergaad, por sus caricaturas de Mahoma.
La ley sobre la blasfemia recogida en el actual Código Penal pakistaní fue introducida en la India por la Administración Colonial Británica en 1935, para mantener armonía religiosa entre las diferentes creencias que coexistían en aquel Subcontinente evitando los roces y luchas entre las distintas religiones. Cualquier manifestación que incitase al odio inter-religioso se castigaba con penas de tres meses de cárcel y una multa en metálico. Tras la independencia del Pakistán en 1947, las leyes sobre la blasfemia fueron mantenidas como parte de la nueva Constitución de Pakistán y pervivieron en la Constitución de 1973, en la que se aumentaba la pena por blasfemia desde tres a seis meses o una multa en metálico.
En 1986 el Gobierno pakistaní agregó al Código Penal el castigo de blasfemia con cadena perpetua para los que insultasen a Mahoma a sus familiares. Posteriormente se añadió que los condenados por blasfemia podían ser castigados con pena de muerte. En definitiva, cualquier comentarios despectivo que «profanase» el nombre de Mahoma o su familia sería castigado con cadena perpetua hasta la muerte. Basta la denuncia de un musulmán sin testigos o pruebas para un juicio inmediato y posterior condena de cualquier persona.
Según la Agencia Fides, las cosas ha ido a peor y un fallo emitido por un tribunal en Pakistán estableció que aquellos que fueran encontrados reos de blasfemia serían condenados a la pena de muerte. También el artículo 513 del Código Penal de Irán condena a penas de uno a cinco años a casos similares, bastando la denuncia de un musulmán, sin testigos o pruebas para que se proceda al juicio y condena de cualquier persona.
El caso más notorio es el de Aasiya Noreen (Asia Bibi), casada, católica y madre de cinco hijos, condenada el día 8 de noviembre de 2010 a la horca por una corte del distrito de Nankana, por el delito de blasfemia contra el profeta Mahoma, agredida por otras mujeres por haber bebido en la misma taza que en la fuente se utilizaba para las musulmanas. La acción de Aasiya fue interpretada como blasfemia, por haber comunicado su “impureza” a los seguidores del Islam. En la primavera de 2014 Asia Bibi sigue esperando la revisión de su caso o su muerte en la horca.
Prácticamente todos los países que siguen el islam, tienen leyes similares con penas que van desde multas a mutilación y muerte.
Dr. Gonzalo de Porras