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En la reunión de la Comisión de Seguimiento del Plan contra los Delitos de Odio, de la que formamos parte y que está presidida por el Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, le remarcamos tres ataques a la libertad religiosa recientes y que nos parecen de especial gravedad (por supuesto, ya los hemos recogido para incluirlos en nuestro informe anual; el de 2020 ya lo tenemos bastante avanzado para publicarlo en los próximos meses).
- Esta comisión debe trabajar para denunciar y prevenir los delitos de odio que se cometen en las redes contra los creyentes. Por ejemplo, los que se cometieron tras la explosión en Madrid de un edificio diocesano.
- El gobierno debe respetar los símbolos religiosos. El caso de Aguilar de la Frontera ha tenido eco internacional. Por ejemplo, nos han pedido artículos desde Italia y Estados Unidos.
- Los gobiernos nacionales y autonómicos deben respetar la libertad religiosa en tiempos de pandemia. Por ejemplo, recordamos al Ministro del Interior que, durante el primer estado de alarma, se señaló a los evangélicos como causantes de un brote y se interrumpieron eucaristías en las que había dos personas, como pasó en Madrid, o que estaban siendo celebradas en casas de religiosos, como en Sevilla.
Esta vez, en esta reunión, Marlaska asentía con la cabeza mientras me miraba, en los tres puntos… ¿Harán algo más que asentir? Nosotros no pararemos de pedir medidas con todos los instrumentos que tengamos a nuestro alcance y en todas las ocasiones posibles.