- El OLRC recuerda que los Mártires de Paracuellos no murieron por Franco, como creen las Femen, sino por creer en la fe católica
- Pide a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que detengan los actos vandálicos de las Femen
- “Este acto muestra el radicalismo, el pensamiento único y la cristianofobia de este colectivo”, afirma la presidenta del OLRC
En la mañana de ayer, miércoles 19 de noviembre, el Colectivo Femen se dedicó a pintar la cruz del cementerio de los Mártires de Paracuellos del Jarama (Madrid). “El Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia (OLRC) condena este acto vandálico contra un símbolo religioso, como es la cruz, que además de herir los sentimientos de los cristianos, provoca profunda tristeza a los enterrados en Paracuellos”, afirma María García, su presidenta. “Además, queremos recordar que los Mártires de Paracuellos no murieron por Franco, como cree este colectivo, sino por creer en la fe católica”, recuerda.
“En el camposanto”, indica la presidenta del OLRC, “hay enterrados religiosos y civiles, creyentes y no creyentes. Es una falta de respeto y una agresión inaceptable a los sentimientos de sus familias y a la dignidad de cualquier difunto, independientemente de sus creencias e ideología”.
El OLRC pide también a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que detengan los actos vandálicos de las Femen. No es la primera vez que las Femen realizan estas acciones en España:
– Han aparecido en el Congreso de los Diputados con el torso desnudo, como es su habitual, desafiando el reglamento del Congreso y burlándose de la soberanía nacional allí representada.
– Han hecho un ‘escrache’ contra el Cardenal Antonio María Rouco Varela.
– Han interrumpido una manifestación pro vida de carácter pacífico acosando a familias, menores incluidos.
“Con este acto, las Femen, una vez más, muestran el radicalismo, el pensamiento único y la cristianofobia de la que han hecho gala en otras ocasiones. No se puede pedir que se escuchen sus ideas desnudándose y pintando símbolos religiosos, o atacando a las personas, o interrumpiendo el derecho a manifestarse de los ciudadanos”, concluye María García.